Descripción del producto
La pipas tostadas peladas de Finca la Rosala son ligeramente saladas, elaboradas con una mixtura especial de sal marina, azúcar de caña integral y pimentón de la Vera dulce. Su tueste es artesanal, realizado en horno de leña.
La pipa de girasol es natural de Norteamérica donde era cultivada por los indios indígenas, este fruto les proveía de altas cantidades de hierro, magnesio y potasio, fortaleciendo sus capacidades físicas y haciéndolos más ágiles, fuertes y resistentes. Convirtiéndoles en Dioses Mortales de las grandes llanuras de América.
Producto presentado en elegante estuche de poliéster plata con una bolsa de 75 gr envasada al vacío.
¿Cómo disfrutar de la pipas tostadas?
Puedes disfrutar de estas pipas tanto en ensaladas, como ingrediente a la hora de elaborar cualquier tipo de pan de trigo o tortita de maíz (especialmente para burritos), acompañando una buena cerveza fría y, sobre todo, para consumo entre horas de deportistas (gracias a su alto aporte en proteínas). También se puede degustar individualmente.
Ingredientes
Pipa pelada de girasol, sal marina, azúcar de caña integral y pimentón de la Vera dulce.
VALORES NUTRICIONALES / 100g |
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Valor Energético (Kcal) | 623,7 |
Grasa (%) | 48,42 |
Grasa saturada (g/100g) | 6,56 |
Hidratos de Carbono (% glucosa) | 16,80 |
Azúcares (%) | 2,30 |
Proteína (%) | 30,19 |
Cloruros (% NaCl) | 2,57 |
Para mantener todo su sabor
Se recomienda guarda el producto en un lugar fresco y seco, entre 2ºC y 20ºC. Si quieres que el producto esté más fresco y aumente su consumo preferente, se recomienda guardar en el frigorífico entre 2ºC y 5ºC .
Premios
Medalla de Oro a la Innovación en el sector del fruto seco: En Julio de 2.014 el comité Nacional de Radio Turismo, en su gala de los “Platos de Oro”.
Finca la Rosala
La empresa nace tras la herencia de la finca «La Rosala» (situada en el Campo de Calatrava, un lugar excelente para el cultivo de la almendra y el pistacho) y la gran pasión por los «panchitos» de su heredero, Pedro A. Ciudad.
«Panchito» era el nombre que se le daban al cacahuete en dicha comarca, producto que tostaba su vecino «Angelito», miembro de una familia de pasteleros que tostaban frutos secos desde principios del siglo XIX en un horno de leña.
Para evitar la discontinuad de la fabricación de este producto, Pedro A. pidió a Angelito que le transmitiese su experiencia para que el mundo continuase conociendo y disfrutando un verdadero y delicioso producto elaborado artesanalmente de verdad.
En la Actualidad, Finca la Rosala tuesta y elabora de forma artesanal todos sus productos en un pequeño obrador en Calzada de Calatrava (corazón del Campo de Calatrava), con el mismo cariño y pasión que lo ha estado haciendo, desde hace más de dos siglos, la familia del gran pastelero «Angelito».
Los frutos secos de La Rosala NO CONTIENEN GLUTEN

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